Publicado en 21.08.19
El título de este artículo es engañoso a propósito: este no es un artículo sobre aquellos que acaban una carrera y se ponen a hacer cualquier otra cosa, sino sobre aquellos que les gusta lo que estudian, se esfuerzan en aprobar, pero que después, por alguna razón misteriosa, no usan sus aprendizajes para hacer su trabajo. Es decir, este es un nuevo artículo sobre transferencia.
Hay algunas profesiones donde no te puedes escaquear y si no usas lo que aprendiste en la carrera simplemente no puedes trabajar, o lo haces tan mal que te pillan rápido y te despiden. En cambio, hay también varias profesiones donde si no lo haces cómo se enseña en la universidad o si no tienes ni idea de cómo lo enseñan en la universidad no importa tanto. Un ejemplo patente lo tienes frente a ti, puesto que servidor se lanza a escribir artículos, sin haber jamás estudiado nada relacionado con literatura, periodismo o similar, salvo las nociones básicas de lengua que se enseñan en secundaria. Otros ejemplos en los que la transferencia es vital son los típicos en que abunda el intrusismo, como la educación, el coaching, la administración y cómo no, los negocios.
Pero una cosa es que un grupo particular de tareas lo pueda hacer cualquiera que tiene dos dedos de frente y otra es que quien tiene una formación específica lo puede hacer mejor. En el caso de la transferencia en los negocios, por ejemplo, alguien que tiene una mirada global de cómo funcionan las empresas, aunque esté dedicado a una tarea específica, como llevar la contabilidad o la comunicación en redes sociales, estará mucho mejor equipado para aportar valor. Una forma en que lo hará es porque tendrá mayor conciencia del impacto de sus acciones y decisiones en el resto de la organización y porque sabrá lo que dice la teoría y la práctica profesional en otros entornos.
Sin embargo, veo frecuentemente que profesionales con una formación específica de negocios no hacen un esfuerzo intencionado y sistemático por transferir lo que aprendieron a su práctica profesional. ¿Por qué alguien invertiría años de esfuerzo y dinero en una formación que luego no va a utilizar? Tengo varias hipótesis relacionadas con la transferencia:
¿Quizás lo único que pasa es que tener o no tener conocimiento teórico no influye en la efectividad profesional? Me parece una buena pregunta relacionada con la transferencia, sobre todo en estos tiempos donde la tendencia parece ser que es mejor contratar personal con unas competencias genéricas adecuadas (curiosidad, capacidad para aprender, inteligencia emocional, meticulosidad, capacidad de esfuerzo) y después enseñarles el conocimiento específico que van a necesitar en su trabajo. Pero mientras la respuesta no esté clara, ¿por qué no sacar provecho a esas noches de insomnio estudiando para un examen, a esas reflexiones marcianas sobre un tema que te interesaba, al esfuerzo mental para entender el concepto complicado explicado por el profesor impaciente, y tres o cuatro años de etcéteras?
Autor: Gabriel Zuñiga, director de estudios de TBS Education en Barcelona.
Etiqueta: aprendizaje|estudio|Prácticas
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