La revista Fortune aseguraba hace unos días que “a causa del brote en Wuhan, bautizado como Covid-19, cientos de miles de empleados en China trabajan desde casa no como un privilegio, sino como una necesidad”. Y miles de empresas chinas buscan, a su vez, la manera de descubrir cómo seguir operativas en un mundo virtual y en cuarentena. Esta amenaza laboral y masiva tiene una gran oportunidad: el teletrabajo.

Teletrabajo

Toda empresa tiene la obligación de proteger la salud de sus trabajadores y, en tiempos del coronavirus, cada vez más empresas buscan soluciones frente a los casos detectados en sus plantillas, para prevenir un mayor contagio o como simulacro para un futuro laboral diferente. Pero, hay organizaciones directamente no podrán aplicar el teletrabajo por las características de su actividad y, hay muchas, también, que les ha cogido a contrapié. Necesitarán una estrategia y un programa que no tienen que evite la cultura del presentismo y acoja la movilidad. Este modelo de actividad en remoto es, por lo tanto y si no se improvisa, una oportunidad para retener talento, mejorar la productividad y aportar valor a la empresa.

Datos en la nube, ciberseguridad, correos en remoto, videoconferencias… A priori, el teletrabajo es la mayor palanca de cambio para el proceso de transformación digital de la empresa. Un sistema pensado para mejorar la conciliación laboral y familiar, la racionalización de horarios y romper con el modelo tradicional basado exclusivamente en la presencia en el lugar de trabajo. Antes de esta crisis, un 27% de empresas españolas estaban dispuestas a incorporarlo en su ADN. De hecho, grandes multinacionales como AXA, El Corte Inglés, Vodafone, Telefónica, BBVA ya han empezado este proceso de cambio, aplicando nuevos protocolos de organización paulatina y planificación del trabajo. No obstante, el porcentaje de organizaciones que promueven el teletrabajo a día de hoy es muy bajo. Las más altas de nuestra zona son Dinamarca (37%), Suecia (33%), Holanda (30%) o el Reino Unido con un 26% de trabajadores que disfrutan de trabajar desde casa habitualmente. En España, un 7,4% de empleados trabaja a distancia, según datos del estudio elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Es importante destacar que estas cifras son anteriores a la pandemia.

Si miramos la información de estos días desde un punto de vista empresarial, seguramente no habrá una gran revolución del teletrabajo pero sí un cambio paulatino de las formas de organización profesional. También, es bastante probable que muchos empleados se encontraran trabajando a distancia sin una planificación ni una cobertura suficiente por parte de la empresa. Una cuarentena laboral y precipitada puede ser poco productiva y pone en riesgo la ciberseguridad de la empresa.

No obstante, al teletrabajador/a  también se le presentan nuevos retos para desarrollar sus tareas diarias en un entorno saludable y seguro. La capacidad de autoorganización, de detección de los riesgos del trabajo no presencial son claves para dar un mejor servicio y ser productivo. Es decir, aprender a planificar, organizar, trabajar a distancia y reportar la actividad a sus superiores. Veremos cómo los beneficios y los inconvenientes de trabajar a distancia son las dos caras la misma moneda.

La libertad de trabajar en pijama

Autonomía

Mucha gente opina que el teletrabajo es poder trabajar cómodamente en tu casa mientras vas en pijama y llevas zapatillas de andar por casa. La verdad es que lo más valorado de este modelo de actividad en remoto es tener la libertad de poder organizar un horario laboral y ganar tiempo social.

Sin desplazamientos

Pasamos mucho tiempo al día yendo y viniendo del lugar de trabajo. Con el teletrabajo, nos conectamos al segundo, reducimos el estrés, ahorramos tiempo, dinero y mejoramos el medioambiente.

Facilita la conciliación

Para aquellas personas que buscan una mejor conciliación trabajo/familia es la fórmula ideal. Además, trabajar a distancia mejora la opinión del trabajador respecto a la empresa porque sabe que tendrá disponibilidad para poder trabajar en casa si surge algún imprevisto (como la enfermedad de un familiar).

Aumenta la productividad

Con una buena organización y una planificación con sentido, el teletrabajo es altamente productivo. Los empleados de esta modalidad funcionan mucho mejor cuando se trabaja por proyectos y con objetivos asumibles a corto y medio plazo.

Reduce costes

La empresa puede ahorrar una buena suma reduciendo algunos de los costes fijos de su infraestructura (alquiler, consumo de electricidad, calefacción, agua, etc.) y tener más margen para los costes variables (materias primas, envíos o comisiones).

Más talento

La alta capacidad no tiene fronteras. Una empresa que apoye y facilite el trabajo a distancia siempre será bien valorada porque atrae el talento más allá de sus cuatro paredes. Ya no hace falta trasladarte a vivir cerca de tu lugar de trabajo. Poco a poco es más normal que una empresa con sede en Nueva York tenga teletrabajadores en cualquier lugar del mundo.

Teletrabajo

La gran trampa del teletrabajo

Nunca desconectas

El trabajo y la vida personal, en un mismo espacio. Separar los dos mundos puede ser complicado. Lo mejor es destinar un espacio al trabajo y marcar el mismo horario que hacías presencialmente.

Baja el rendimiento

Estás trabajando y, de pronto, te acuerdas que tienes que poner una lavadora o prefieres ir a picar algo de la nevera. Depende de las características de la actividad que se desarrolle, el control de la productividad puede descender a causa de las “tentaciones”. Recuerda que teletrabajar debe servir para mejorar tu productividad, ganar tiempo y organizar tu vida de otro modo.

No sentirse parte de un equipo

La sensación de falta de apoyo por parte de la empresa, la inseguridad de trabajar a distancia y no ver habitualmente a tus compañeros/as pueden conllevar a tener la sensación de no estar integrado, de sentirse fuera de la organización y, por lo tanto, de los objetivos marcados por la empresa. La soledad y la ausencia de vínculos con los compañeros puede ser una gran carga emocional para el teletrabajador. Un consejo: chatea con ellos y usa la videoconferencia.

Gastos extra

Gracias a este tipo de actividad en remoto, la calefacción y la electricidad suelen ser algunos de los gastos que ahorra la empresa. Es importante que el teletrabajador comunique estas partidas rápidamente a la organización para que le sean abonadas.

Autor: Joan Margarit, analista en Marketing y Comunicación.


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