Publicado en 27.11.19
Hay que decirlo bien alto: las empresas no están preparadas para comunicar en situaciones negativas o de crisis. Partiendo de esta base, lo mejor es preparar un plan de comunicación que permita adelantarnos a los acontecimientos.
Es decir, la mejor gestión es la no que se necesita, la prevención es la mejor herramienta para gestionar una situación adversa. También es cierto que una crisis debe verse como una oportunidad. Por este motivo, es necesario que las empresas u organizaciones trabajen previamente en un Plan o Manual de comunicación de crisis como herramienta que establecerá las pautas para afrontar cualquier adversidad. Y por lo tanto, además del Manual, la marca debe tomar la decisión de designar también previamente un Comité de crisis planeando en cada momento quién hace qué y con qué propósito.
Vayámonos al principio. Existen tres tipos de situaciones graves a las que una marca se puede enfrentar:
La estrategia del silencio. Hay directivos (y consultores de comunicación de grandes marcas) que piensan que reaccionar, desmentir o aclarar es lanzar gasolina a un problema. Creen que lo mejor es no pronunciarse y dejar que el público objetivo acabe olvidando de la crisis. Es lo mismo que tener un pequeño incendio en un bosque y esperar que se extinga por sí mismo. Es decir, un grave error de comunicación que hoy en día se sigue produciendo en organismos, empresas y fundaciones.
La estrategia de la transparencia. Siempre es mejor ser proactivos y pasar a la acción porque el silencio nunca es rentable. Además, es coherente ofrecer información y comunicar un mensaje contundente, irrefutable, carente de la más mínima ambigüedad y sin dar lugar a interpretaciones. Toda marca en una situación de crisis debe transmitir confianza y actuar con profesionalidad; tratar los timmings con antelación sin descuidar jamás la comunicación (interna y externa) en ningún momento y en ningún canal. En resumen, no falsificar información ni mentir es vital cuando nuestra marca está en el foco de los medios de comunicación, la opinión pública, los empleados, etc…
La estrategia de la confesión. Cuando la culpabilidad de la organización es manifiesta, el mensaje debe ser sólido y evitar la arrogancia o el ataque a terceros. Ha de suavizar el error y explicar las causas que lo motivaron. Además, es vital gestionar las emociones como elemento central, cuando se dan situaciones dramáticas, poniéndose a disposición de las personas afectadas.
Todo manual de comunicación de crisis debe indicar cómo nos comunicaremos con nuestros seguidores y clientes potenciales en las redes sociales. A veces, son las mismas redes las que generan situaciones de comunicación de crisis. Otras ocurren fuera de las redes y éstas actúan como un altavoz.
Según el Estudio Anual de Redes Sociales de IAB, un 83 % de los usuarios declara seguir a las marcas a través de redes sociales porque les “inspiran confianza”. Además, la principal motivación para tener una conversación privada con una marca es la atención al cliente (68%). En la actualidad, los seguidores se informan, leen e interaccionan y lo que ocurre en estos entornos sociales afecta a la empresa para bien o para mal. Una polémica, un tuit erróneo o una mala experiencia viralizada en internet pueden generar una crisis en las redes sociales, que se contagia al resto de departamentos de la empresa.
La gestión de una situación de crisis en las redes sociales tiene cinco grandes fases:
Autor: Joan Margarit, analista en Marketing y Comunicación.
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