Durante la crisis de COVID-19, muchas startups han seguido desempeñando un papel fundamental para la economía. Algunas han reaccionado rápida y flexiblemente a la pandemia y han sido fundamentales para ayudar a muchos países a cambiar en cuestión de unos pocos meses nuestro modus vivendi, ya sea ofreciendo herramientas digitales para el trabajo, la educación, la alimentación y los servicios de salud, proporcionando innovaciones en bienes y servicios médicos.

Las startups son impulsoras clave del crecimiento económico y la creación de empleo y, a menudo, son un enorme catalizador de la innovación. Sin embargo, cabe señalar también que aunque juegan un papel clave en la economía actual, la crisis del COVID-19 ha reducido su creación, desafiando su supervivencia y limitando su crecimiento. Los registros de empresas han disminuido significativamente en los últimos meses y la falta de generación de nuevas empresas tiene implicaciones significativas para los resultados económicos, en particular para el empleo.

Analizamos, a continuación, los desafíos a los que se enfrentan estas empresas emergentes y las oportunidades de negocio que pueden surgir ahora y en los años posteriores.

CONVERTIR LA VULNERABILIDAD EN ADAPTABILIDAD

Es cierto que la mayoría de las startups se enfrentan a diferentes desafíos importantes debido a la crisis del COVID-19, ya que son más vulnerables que muchas empresas. Tienden a participar en actividades de alto riesgo en comparación con otras pequeñas y medianas empresas (Pyme); y también suelen depender fundamentalmente de un pequeño equipo fundador, y esto puede aumentar aún más su vulnerabilidad ante una pandemia.

En un momento como éste tan marcado por una gran incertidumbre económica y con unos ingresos afectados por las medidas de contención y una caída significativa de la demanda, las startups se vuelven aún más frágiles financieramente porque las rondas de inversores se enfrían y necesitan liquidez a corto plazo.

La mejor respuesta a su vulnerabilidad es protegerlas con medidas dirigidas a la fragilidad financiera de estas empresas. Éstas deben incluir medidas para mantener la liquidez a corto plazo, como garantías de préstamos, préstamos directos, donaciones o subvenciones.

Debemos tener en cuenta que la adaptabilidad del ecosistema emprendedor es una realidad, lo demuestran las cifras. Cada vez hay más startups con un proyecto más consolidado (un 23% de las startups están en fase de crecimiento, un porcentaje elevado si lo comparamos con el 20% del ejercicio anterior), esto significa que los proyectos disponen ya de un producto validado, cuentan con clientes recurrentes y métricas positivas de mercado. Por eso es preciso, abordar los desafíos a corto plazo, respaldando la liquidez y la disponibilidad de financiación, pero también y de manera importante, fomentar la capacidad de las empresas emergentes para aprovechar nuevas oportunidades comerciales. Además, es importante favorecer la adaptabilidad, mejorando las políticas que reduzcan las barreras al espíritu empresarial, proporcionar incentivos para la creación de empresas y aumentar el potencial empresarial que puede ayudar a acelerar la recuperación y preservaría el empleo agregado a largo plazo.

Un 23% de las startups están en fase de crecimiento, un porcentaje elevado si lo comparamos con el 20% del ejercicio anterior, esto significa que los proyectos disponen ya de un producto validado, cuentan con clientes recurrentes y métricas positivas de mercado.

SITUACIÓN DESIGUAL EN EUROPA

Francia ha creado un fondo de 4.000 millones de euros para respaldar la liquidez de la puesta en marcha, incluidas las rondas de financiación; Alemania ha anunciado un programa de ayuda para la puesta en marcha personalizada, que amplía y facilita la financiación de capital riesgo; el Reino Unido ha anunciado un fondo de confinamiento para empresas innovadoras que se enfrentan a dificultades financieras. ¿Y en España? El Gobierno ha iniciado los trabajos para impulsar la Ley de Startups, tan demandada en el sector. 

De hecho, según los últimos datos de la Asociación Española de Startups sobre esta crisis explican que “la situación ha empeorado, principalmente por la pérdida de clientes, los distintos problemas con inversores y rondas y también por la falta de liquidez. Casi la mitad han tenido que tomar decisiones duras, como la reducción de sus equipos”. De hecho, más de un 60% han visto como las rondas en las que estaban inmersas se han suspendido o aplazado.

Es por ello que tenemos que valorar que el COVID-19 no solo es un desafío para las startups existentes sino también para la creación de nuevas. No obstante, debemos pensar que las recesiones son a menudo tiempos de reestructuración intensificada que, en última instancia, pueden conducir a una economía más fuerte y resistente. De hecho, incluso cuando el número de registros de nuevas empresas generalmente disminuye, muchas empresas o startups innovadoras y exitosas surgen en períodos de crisis. Es el caso de Dropbox, Uber, Airbnb, WhatsApp, Wallapop y Pinterest se fundaron durante o justo después de la última crisis financiera mundial.

Muchas empresas o startups innovadoras y exitosas surgen en períodos de crisis. Es el caso de Dropbox, Uber, Airbnb, WhatsApp, Wallapop y Pinterest, que se fundaron durante o justo después de la última crisis financiera mundial.

UN NUEVO MUNDO. NUEVOS MERCADOS

Por definición, las startups son un modelo empresarial que tiene dos características singulares y diferenciadoras: un fuerte componente de innovación y un modelo de crecimiento exponencial. Por esto, pueden ser y son un gran aliado en estos momentos. De hecho, todo es cuestión de perspectiva. Los períodos de crisis no solo son un desafío, sino que también brindan nuevas oportunidades para los empresarios, ya que las empresas emergentes pueden ayudar a encarar las nuevas limitaciones creadas por las difíciles condiciones de salud o económicas. A continuación, describimos ejemplos relevantes en la época de COVID-19.

En primer lugar, existen oportunidades para las startups que introducen (o mejoran) innovaciones radicales que pueden ser y han sido útiles a corto plazo. Hoy, eso podría significar innovaciones como las videoconsultas de la telemedicina, el cuidado personal remoto, la entrega de productos a domicilio, el procesamiento de alimentos, el teletrabajo, la educación on-line y el rastreo de contactos. De hecho, se ha brindado apoyo para que las empresas emergentes respondan a estas necesidades a corto plazo a través de intervenciones políticas específicas, incluida una convocatoria de la Comisión Europea para startups con tecnologías relacionadas como el tratamiento, las pruebas, la monitorización u otros aspectos del brote COVID-19.

En segundo lugar, y lo que es más importante, esta pandemia ha inducido ya cambios persistentes en la sociedad, los hábitos de los consumidores o las necesidades que revelan valiosas oportunidades comerciales para las empresas emergentes que se pueden anticipar a estos cambios. Por ejemplo, la demanda de trabajo a distancia, el comercio electrónico, la educación y los servicios de salud cambiarán a corto-medio plazo y las ciudades acabarán por transformarse.

Esta pandemia ha inducido ya cambios persistentes en la sociedad, los hábitos de los consumidores o sus necesidades, que revelan valiosas oportunidades comerciales para las empresas emergentes

De hecho, a raíz de las necesidades surgidas del coronavirus, según el ‘Mapa del Emprendimiento 2020’ de Spain Startup, organizado por South Summit, este año predominan las siguientes tendencias: fintech (finanzas), eHealth (sanidad) y edtech  (educación) como las tres industrias más potentes que encabezan el ranking. En cierto modo, la crisis del COVID-19 ha servido de aceleradora e incubadora del ecosistema de startups mundial, ya que se han impulsado proyectos en pocos meses que han tenido un gran impacto social, laboral, medicinal y medioambiental.

CONCLUSIONES

  1. Afrontar la financiación a corto plazo.

Incentivar las necesidades financieras a corto plazo de las startups existentes y las de nueva creación (por ejemplo, con garantías de préstamos, préstamos directos, subvenciones o subsidios), y ayudar a asegurar los empleos. De esta forma, y apoyado por un buen programa de incentivos fiscales, garantizamos que la financiación siga estando disponible por parte de inversores, business Angels, y fondos en todas las etapas de su desarrollo.

  • Reducir las barreras del espíritu empresarial.

Minimizar las cargas administrativas para las startups mediante la implementación de trámites mucho más simplificados.  Es importante reducir la burocracia para que sea más fácil crear y desarrollar este tipo de empresas, y para recibir la inversión tanto nacional como extranjera.

  • Impulsar el potencial empresarial.

Promover la formación empresarial y el aprendizaje permanente, para facilitar la transición del (des)empleo al emprendedor. Además, mantener las inversiones en el ecosistema, en particular para garantizar que las incubadoras y las aceleradoras sigan ocupando este importante papel a medio plazo.

La crisis del COVID ha puesto de manifiesto muchas cosas. Entre ellas, la necesidad de avanzar en el impulso de los proyectos de emprendimiento y hacer del mundo un lugar donde sea más fácil crear, hacer crecer y consolidar startups capaces de competir de igual a igual con los grandes de la economía. Lo cierto es que muchas de ellas están peleando para mantener hoy su actividad. Por este motivo, el emprendedor por naturaleza debe adaptarse, apostar por la innovación y readaptar el foco de su negocio a las necesidades del mercado. Y lo más importante: descartar permanecer en el pesimismo y apostar por una actitud en positivo para seguir adelante. 

Autor: Joan Margarit, analista en Marketing y Comunicación.


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