Ética y sostenibilidad en las industrias de lujo y moda
Publicado en 16.12.24
Según la Agencia Europea del Medio Ambiente del Parlamento Europeo, el impacto de la producción textil supone un 10% de las emisiones mundiales de CO2, un porcentaje que supera al del transporte marítimo y aéreo juntos. No solo ese porcentaje es alarmante sino que, también respecto la cantidad de agua contaminada en el mundo, se estima que el 20% es causado por la propia industria textil. No en vano, la limpieza de la ropa sintética es una de las causas del 25% de microplásticos en el ambiente, llenando los océanos con 0,5 millones toneladas cada año, siendo así la segunda causa más grande de contaminación del agua.
Son estadísticas que no se pueden pasar por alto, y por ello, diversos organismos, como la Unión Europea, llevan algunos años tratando de abordar el tema con una serie de iniciativas y legislaciones para reducir el daño ambiental. Algo respaldado por varias marcas de lujo.
Optimización del diseño y fabricación
Una forma de reducir el impacto es directamente en la manera en cómo se produce el producto y cómo llega a las tiendas. Se trata de un proceso de investigación y desarrollo de materiales innovadores que respeten el medio ambiente sin comprometer la estética ni la calidad. Esto incluye, por supuesto, los embalajes, incluso aquellos que solo los transportistas y empleados ven. Este punto es uno de los principales enfoques de la regulación Eco-design for Sustainable Product (ESPR), que la UE ha impuesto a partir de julio de 2024, para tratar de hacer packagins sostenibles. Por ello, es importante tener no solo una perspectiva sostenible, sino también conocer todo el proceso de producción, incluyendo, por supuesto, el marketing que se realiza al respecto.
¿Qué se espera en el futuro?
Mientras las organizaciones gubernamentales siguen desarrollando más propuestas, como tratar de incrementar el reuso de fibras en lugar de su destrucción (ya que, por ahora, el porcentaje de reuso de ropa es solo del 1%, siendo la incineración aún el mecanismo preferido para la destrucción de material a pesar de su impacto), también se están impulsando legislaciones para reducir los microplásticos en el ambiente. Se esperan nuevas innovaciones que mejoren el proceso de optimización mencionado anteriormente. Por ello, algunas marcas como Dior se han asociado con start-ups que usan inteligencia artificial para predecir la demanda y las tendencias, acelerando el proceso de diseño y creando no solo productos más específicos, sino también más amigables con el medio ambiente. Esto no solo crea un entorno con más perspectiva de un futuro ecológico, sino que también genera nuevos puestos de trabajo que manejan estas nuevas tecnologías.
Retos y limitaciones
A pesar de la integración de las nuevas regulaciones, la industria de la moda y el lujo enfrenta varios retos derivados de la complejidad del sector. Se trata de cadenas llenas de proveedores y fabricantes de muchos lugares del mundo y países donde cada uno tiene sus propias normativas. Además, estas iniciativas suponen una inversión muy elevada, ya que van directamente dirigidas a cambiar la cadena de producción tal como la conocemos hasta ahora.
Pero, las bases son buenas.
No solo el público está más concienciado y empieza a castigar a aquellas empresas que incumplen estas regulaciones o que contribuyen a los porcentajes de contaminación, sino que también, desde la formación de profesionales, cada vez más escuelas deciden no solo enseñar estos principios, sino que implantan estos sistemas desde la raíz en sus enseñanzas, creando así más conciencia en los futuros empresarios para seguir luchando por un futuro mejor.