Ayer tuvo lugar un debate del Proyecto UNIR alrededor del tema de la inmigración irregular y las percepciones y actitudes que genera. El debate contó con la participación de Sebastian Rinken, doctor en Ciencias Políticas y Sociales por el Instituto Universitario Europeo.

El evento empezó con el visionado de un vídeo: el testimonio de Ousman Omar, un chico de Ghana que emigró a España cuando apenas era un adolescente. En el vídeo cuenta la dura travesía que tuvo que llevar a cabo para llegar a Europa, un trayecto muy duro en el que fue perdiendo a sus compañeros de viaje. Ousman explica que la educación es la clave para cambiarlo todo, que solamente invirtiendo en educación se puede cambiar la estrategia e impedir todas estas muertes. Opina que con la caridad nunca podremos solucionar el problema de la pobreza.

Rinken valoró muy positivamente el vídeo escogido para abrir el debate por focalizar en la empatía. El invitado incidió en que la tolerancia o el rechazo hacia la inmigración son un tema de percepciones. Explicó que estas percepciones pueden venir por la atención mediática que se da a ciertos temas. Por ejemplo, pese a que la llegada irregular en España por vía marítima es muy minoritaria, siguiendo los medios de comunicación nos podría parecer que no es así. También insistió en que en este país la tónica abrumadora es la regularidad cuando hablamos de inmigración. “La amplísima mayoría de la inmigración en España está muy regularizada, pero a mucha gente se le escapa este detalle”. Además, destacó la importancia de los adjetivos cuando hablamos sobre inmigración, ya que llamar a una persona ‘ilegal’ por su situación administrativa nos puede conducir a muchos errores.

En cuanto a las formas de crear miedo entre la población de un país hacia la inmigración, destacó por un lado los atentados terroristas y por otro las llegadas irregulares muy mediatizadas. Como ya hemos explicado, consumir noticias diariamente sobre inmigración irregular tiene un gran efecto sobre la percepción del hecho y tiende a sobredimensionarlo.

En cuanto a la percepción, otro tema que trató es el de el rechazo a la inmigración desde los barrios con menos recursos. Explicó que es fácil opinar de forma altruista desde las clases privilegiadas, que tienden a ponerse la medalla ético-moral con mucha facilidad. En cambio, en barrios más pobres puede crecer la competitividad por los escasos recursos. “Por mucho que los datos digan que no hay sobreuso de los recursos por parte de los inmigrantes, si soy un desempleado con necesidades no cubiertas y veo que hay inmigrantes a mi alrededor que tienen lo que a mi me falta, eso genera una percepción que puede llevar al rechazo”. Añadió que esta percepción de agravio se puede evitar si en los barrios con mucha concentración de inmigración no faltan recursos. Además, destacó que estas percepciones suelen crecer en los momentos en los que la economía se deteriora.

Pese a todo, insistió en que en general y en comparación con otros países, la actitud en España hacia la inmigración es de tolerancia. “En España habría que resaltar el predominio de una actitud acogedora, una actitud que se ha mantenido pese al batacazo de categoría histórica del mercado laboral durante la pasada crisis”. Siempre en comparación con otros países, pero sin menospreciar los problemas de rechazo hacia la inmigración existentes, en el debate se pusieron sobre la mesa las causas de esta tolerancia. “Hay un amplio caudal de opiniones de grupos de interés que han avalado y siguen avalando que en agregado la inmigración es más una oportunidad”, comentó Rinken.

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