Publicado en 13.04.21
La pandemia ha dado lugar a nuevos procesos empresariales. ¿Cómo influirá esto en el futuro? Muchos emprendedores han perdido su trabajo, ¿cómo ha afectado la COVID-19 en el entorno del emprendimiento?
Un año después que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia de la COVID-19, los empresarios afrontan una recesión sin precedentes en la economía mundial. Los números se están haciendo añicos en todas partes. No hay país que no esté en rojo. En 2020, el PIB en España se contrajo un 10,8 %, la mayor caída desde la Guerra Civil en 1936, el consumo de los hogares se hundió un 12,4% y hubo una destrucción de 962.000 empleos a tiempo completo. No obstante, se espera un efecto rebote para 2021, en parte gracias al despliegue exitoso de las vacunas y a las subvenciones y ayudas financieras, con un posible crecimiento de un 4,2 % en España, un 6 % en Francia y un 3,3 % en Alemania. Crucemos los dedos para que así sea.
De hecho, si pensamos como ha afectado la crisis sanitaria por sectores, hay dos caras de la misma moneda. Existen modelos de negocio en auge actualmente como el farmacéutico, el comercio online, la entrega de alimentos a domicilio, los videojuegos, las plataformas de televisión on demand o las videoconferencias para teletrabajar; pero el panorama es completamente distinto y desolador si uno está administrando un hotel, un restaurante, un comercio minorista, o trabaja en cultura o deportes.
Según los últimos estudios de Cepyme, nueve de cada diez pequeños y medianos negocios (pymes) se han visto afectados por la COVID-19 y la mitad teme por su viabilidad en 2021, así como su valor de mercado. Si esto lo extrapolamos a grandes marcas, las cifras son espeluznantes, y prácticamente todas las empresas con los resultados más negativos han atribuido sus números rojos a la crisis derivada de la pandemia. Entre las más perjudicadas encontramos sectores como la aviación, los hoteles o la automoción.Por ejemplo, según fuentes de la Agencia EFE, la cadena de hoteles NH ha perdido alrededor de 218,5 millones de euros o la cadena Meliá que ha registrado pérdidas por valor de 358 millones de euros; IAG, el grupo que engloba a las aerolíneas Iberia, British Airways, Vueling y Aer Lingus, perdió el primer semestre de 2020 la friolera cifra de 3.806 millones de euros; y Seat, marca española del grupo Volkswagen, ha visto como su cifra de negocio se ha reducido hasta un 40 %. Lo mismo ocurre con Airbnb que planeaba ingresar al mercado de valores en 2020, pero lo pospondrá para más adelante. Según el Financial Times, esta compañía ha reducido un 16 % su valor de mercado potencial.
Después de un año de la COVID-19, hemos querido resumir una serie de lecciones a aprender:
Antes de entrar de lleno en las tres lecciones, debemos tener en cuenta que los emprendedores son habitualmente luchadores, optimistas y resilientes por definición. Muchos superarán este periodo difícil porque está en su ADN recuperarse. Segundo, esta crisis (como todas) tendrá un punto final. Y está será la señal para que muchos negocios vuelvan a arrancar de nuevo.
¿Cómo ser emprendedor/a en tiempos de la COVID? Para empezar, teniendo en cuenta un recordatorio básico: una empresa necesita tres activos para ser rentable y sostenible.
El principal activo de una empresa es siempre el grupo de trabajo que, con su talento y sus competencias, hace posible la organización creando valor para sus clientes. No obstante, si algo hemos aprendido en esta pandemia, es que podemos trabajar y organizarnos de formas muy diversas.
Durante esta crisis, el equipo debe seguir más comprometido que nunca. Trabajando y mejorando la comunicación interna como eje fundamental: reducir la incertidumbre tanto como sea posible, y asegurarse de que están sanos y seguros.
Es cierto que el teletrabajo ofrece más flexibilidad, pero no siempre es la mejor solución. Hacer piña, y seguir cuidando los cuatro aspectos para mejorar la capacidad de la empresa: las competencias técnicas y las sociales; los incentivos y beneficios; la formación; y por último, el clima laboral y la motivación.
2. El capital
Las restricciones de movilidad, los retrasos en la cadena de suministro, la escasez de existencias o roturas de stock y las drásticas reducciones en la demanda de los clientes han impactando con gran virulencia en muchos sectores. De hecho, la falta de ingresos motivada por el impacto del coronavirus se traduce en una presión insoportable sobre las líneas de capital, tanto de explotación como de liquidez.
Por ello, los emprendedores/as deben preguntarse en tiempos de crisis: ¿cuánto dinero necesita mi empresa? ¿Por cuánto tiempo resultará necesaria una inyección de capital?
3. El know-how
Todos los conocimientos que permiten a una compañía ofrecer su producto o servicio con un valor añadido son esenciales en tiempos de coronavirus. Sobre todo, habiendo aprendido de la crisis para solucionar problemas concretos, mejorando la propuesta de valor que se ajusta más al mercado.
¿Cuál es la propuesta de valor real? El pensamiento estratégico. Buscar, cambiar o adaptar la estrategia y poner en marcha nuevos procesos. Tomarse este tiempo para hablar e innovar con los mejores clientes: comprender por qué aman el producto/servicio y porqué podrían dejarlo. Es hora de innovar y forjar nuevas colaboraciones. De hecho, es bueno no olvidar que algunas de las empresas más disruptivas o interesantes de las últimas décadas se han creado o han despegado porque se han sabido adaptar a las diferentes crisis. ¿Estamos ya preparados para conocer a las nuevas empresas salidas de la COVID?
Autor: Joan Margarit, analista en Marketing y Comunicación.
Puedes obtener más información sobre nuestro Bachelor in Management y nuestro Master in Management aquí:
‹ Noticias previas Siguientes noticias ›